Florencio Varela vive un cambio auténtico en la iluminación pública de su 54º barrio, El Molino, que ahora cuenta con la moderna tecnología LED en su totalidad.
Este compromiso asumido y cumplido por el intendente Andrés Watson, quien supervisó la culminación de las obras, trae mejoras significativas en seguridad, calidad de vida y ahorro energético.
«Es un compromiso cumplido y una deuda saldada», afirmó Watson mientras recorría las calles recién iluminadas del barrio. El intendente recordó la promesa que había hecho tiempo atrás, cuando se inauguró el puente peatonal y la parquización en la zona. «Confirmé que íbamos a reemplazar las viejas lámparas por nuevas luminarias LED, y hoy esa promesa es una realidad», señaló.
La intervención en el barrio El Molino consistió en la colocación de 263 luces LED de 200 watts que ahora iluminan 35 manzanas.
Esta mejora beneficia a los vecinos y vecinas del barrio y también se integra en un plan general de renovación del alumbrado público que ya abarca más de cincuenta barrios de Florencio Varela.
Las luces LED, además de mejorar la visibilidad y reducir la percepción de inseguridad, consumen menos energía, generando así un impacto positivo para el municipio y para el medio ambiente.
Andrés, un vecino de El Molino con más de 40 años de residencia en el barrio, destacó que siempre se mostró crítico con las gestiones. Sin embargo, esta vez reconoce el cumplimiento del compromiso del jefe comunal. “Él nos dijo que iba a continuar con el alumbrado y lo hizo. Estamos contentísimos porque esto es algo que pedíamos desde hacía mucho tiempo. Hoy vemos las calles como nunca antes”, expresó.
Vecinos agradecidos en El Molino
La gratitud de la comunidad se hizo sentir en cada esquina. María Elizabeth, otra vecina del barrio, quiso expresar su agradecimiento de una forma especial: con un cartel improvisado en honor a las autoridades municipales y a los trabajadores que participaron en el proyecto. “Era un lugar olvidado, pero ahora está completamente renovado. Este barrio se merece todos estos logros, y los vecinos queremos ir por más», comentó María con entusiasmo.
A su lado, María Esther, quien lleva más de tres décadas viviendo en El Molino, relató cómo el cambio en la iluminación transformó su rutina cotidiana. «Parecía de día en plena noche, una luz increíble», comentó.
La nueva realidad del barrio permite que muchas familias puedan salir y compartir más tiempo en la vereda o en sus jardines sin preocupaciones. “Antes teníamos miedo de salir tarde, pero ahora podemos disfrutar del aire libre hasta más tarde, con la tranquilidad que da una buena iluminación”, agregó.
Más allá de la luz
El proyecto de modernización del alumbrado público en Florencio Varela forma parte de una serie de iniciativas impulsadas por el municipio para mejorar la infraestructura y calidad de vida en cada rincón del distrito. Para el intendente Watson, estos cambios no son solo obras de infraestructura, sino compromisos con cada barrio y cada vecino.
«Estamos convencidos de que una buena iluminación es fundamental para reducir el delito y generar un espacio más seguro y acogedor para las familias», expresó Watson. A futuro, el jefe comunal planea expandir este tipo de obras en otros barrios que aún requieren modernización, con la visión de alcanzar una transformación completa de la infraestructura lumínica en el distrito.
Con esta obra, El Molino se convierte en un símbolo de la promesa cumplida y del impacto positivo que puede tener la gestión pública en la vida de los vecinos. La modernización de El Molino es solo un paso, pero uno que ilumina el camino hacia un Florencio Varela más seguro, moderno y comprometido con el bienestar de sus habitantes.