En el corazón de Florencio Varela, donde las calles del barrio El Tropezón suelen despertar con el bullicio de niños camino a la escuela, hoy reina un silencio ensordecedor. La Escuela N°8, otrora refugio de sueños y aprendizaje, se alza como un cascarón vacío, víctima de un saqueo que dejó a la comunidad educativa en estado de shock.
«Parecía una película de terror», nos confiesa con la voz entrecortada una de las trabajadores que dio cuenta del robo. «Cincuenta computadoras, televisores, garrafas, estufas… Se llevaron todo».
Los pasillos, antes repletos de risas infantiles, hoy están invadidos por el eco de preguntas sin respuesta. ¿Cómo pudo ocurrir algo así? ¿Dónde estaba la seguridad prometida?
La bronca se palpa en el aire, densa como la niebla que a veces cubre la zona rural de Florencio Varela. El robo no solo se llevó equipamiento valuado en millones de pesos, sino también las esperanzas de cientos de alumnos. Marisol, de 12 años, mira con tristeza la puerta cerrada de su aula. «¿Cómo vamos a estudiar ahora?», pregunta, sus ojos reflejando la incertidumbre que comparten muchos en El Tropezón.
Mientras tanto, en las redes sociales, los vecinos exigen respuestas y acción inmediata. «No es solo un robo», nos dice María, madre de dos alumnos. «Es un ataque a nuestro futuro».
La policía local inició una investigación, pero el misterio persiste. ¿Cómo lograron los ladrones evadir la seguridad? ¿Fue un trabajo interno? Las teorías abundan, pero las respuestas escasean.
En medio de la conmoción, una cosa queda clara: la comunidad de Florencio Varela no se quedará de brazos cruzados. Padres, docentes y alumnos ya planean manifestaciones frente a la comisaría.
Este incidente no solo expuso la vulnerabilidad de las instituciones educativas, sino también puso en tela de juicio la eficacia de las políticas de seguridad locales.
Mientras Florencio Varela busca respuestas, la Escuela N°8 del Tropezón se mantiene como un sombrío recordatorio de que, en ocasiones, nuestro sistema falla a quienes más debería proteger: nuestros niños y su futuro.