En Ingeniero Allan hay miedo y ya no saben cómo contarlo. Hicieron una marcha, respetando el distanciamiento social, pues denuncian que son reiteradas víctimas de asaltos y entraderas. Y que la zona parece «liberada». «No hay otra palabra para definirla», dice una de las vecinas.
Horas atrás los vecinos pudieron salir en defensa de una familia que estaba a punto de ser asaltada. Como se observa en las imágenes, los delincuentes descendieron de un Ford Focus y arremetieron contra el garage de la vivienda, cuyos propietarios habían logrado cerrarlo. Alertados por la situación, vecinos de la zona comenzaron a los gritos y los malvivientes huyeron sin que puedan ser identificados. Una postal tristemente cotidiana en Ingeniero Allan.