Florencio Varela cuenta con una vasta extensión de territorio. Más allá de la urbanización que se desarrolló en el distrito, aún es importante el porcentaje de kilómetros de zona rural, en donde con el paso de los años, se fueron creando barrios y ampliando su población. Vecinos que plantean que su lejanía con el centro de la localidad, le impide al acceso a las mejoras. En la Antena Rural, aseguran estar aislados en el medio de la nada y que tuvieron que construir su propio puente para cruzar el arroyo San Juan y así poder llegar a las escuelas cercanas.
Lucia González (20), vive desde que nació en la casa de calle Alsina 2928. Para llegar debe caminar más de 2 km, por una calle de tierra y sin iluminación, con los riesgos que esto representa para una joven. En su cuadra también viven Gonzalo (20), Romina (24), Marcelo, (17) y su mamá Bibiana Torres, quienes aseguran sentirse abandonados y aislados del resto de la población de Florencio Varela.
“Estamos en el medio de la nada. Aislados de todo” cuenta la joven y remarca “no tenemos luminarias, las ambulancias, los remises y ni la policía quiere ingresar al barrio”. Pero esos no son los únicos inconvenientes que enfrentan en la Antena Rural. Los habitantes de la calle Alsina, viven a 100 metros del arroyo San Juan, el cual inunda toda la zona cuando llueve, y para el que debieron construir, entre ellos, un puente peatonal, para que los niños que van a la escuela 39 y 20 de Villa Hudson o la Primaria 5 de Villa San Luis puedan cruzar cruce de agua.
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PUENTE PELIGROS
Lucia, desde hace meses viene clamando a la comuna por el peligroso cruce y cuenta que “el 29 de julio a las 9.06 hs dejé mi denuncia al 0800 de la municipalidad y aún no tuve respuestas, sólo me dieron un número 784329 para que siga el pedido que hice. Me siento mal porque al parecer no le importamos por estar en la zona rural”.
Bibiana Torres, vive hace 24 años allí, es la madre de Lucía. La mujer asegura que desde tiempos inmemorables “vienen presentando reclamos a la comuna sobre el puente. Somos más de 100 familias, y todos tenemos que cursar si o si por este puente peligros para ir a las escuelas de la zona o a tomar el colectivo 500 que pasa por Villa San Luis”.
“Han venido a verlo y se van, sin respuesta” remarca Lucía, “No hay ni un interés por que esto cambie”.
En tanto, Roberto Ramírez, que vive a metros del arroyo desde hace 10 años afirma que “cada uno de los proyectos que se hicieron para construir el puente, alguien se ha encargado de pararla” y comenta “esto es un peligro para la gente. Se ha caído gente en el arroyo al resbalarse” y sentencia “este es un barrio hermoso, la gente re tranquila y solidaria, pero estamos abandonados y sin falta de respuestas”.
El puente en cuestión está construido con dos postes de luminaria, que se apoyan sobre la tierra en el borde del cruce de agua. Luego de forma transversal se colocaron maderas y encima chapas clavadas y algunas alfombras, para que quienes transiten por allí no se resbalen.
A LA ESCUELA CAMINANDO
Los niños de la Antena Rural hacen un grande sacrificio para ir a estudiar. En algunos casos caminan 2,5 km para ir a la escuela 5 de Villa San Luis o más de 3,5 rumbo a Villa Hudson a las primarias 39 o secundaria 20.
Franco de 17 años está en cuarto año del secundario en la Escuela 20 de Villa Hudson y cuenta que “son como treinta cuadras las que hago todas las mañanas. Acá si no amanece salimos a oscuras con miedo de que nos pase algo”. Y remarca “Me da bronca que sigamos viviendo así. Le pongo mucho esfuerzo para ir a la escuela, porque quiero progresar”.
VIVIR AISLADOS
Al barrio la Antena Rural, se ingresa caminado más de dos km de la avenida Hudson, por una calle de tierra denominada Virgen del Valle. Allí en el medio de los campos, muchas familias compraron sus terrenos y comenzaron a edificar una comunidad, un barrio.
Según cuentan algunos de sus habitantes, Gonzalo (20), Romina (24), Marcelo, Lucia y Bibiana Torres, los servicios escasean, tienen luz y agua corriente cuya conexión fue realizada por los propios pobladores. Allí el mejorado/ nivelado de las calles no existe, tampoco la luminaria de las calles, la recolección de residuos se registra contadas veces al mes. Y recalcan “el correo y la boleta de los servicios tenemos que ir a retirarla al centro de Varela, porque acá nadie ingresa” y sentencian “hemos tenido vecinos con problemas de salud y los remises, la ambulancia y la policía no quisieron ingresar”. “Acá se sobrevive como se puede” expresan resignados.
Lucía sabe de qué le nieguen un remis, meses atrás narra que fue mordida por el perro de un vecino, el cual le desgarró el musculo del brazo y asegura “tuve que irme caminando más de 30 cuadras, con el brazo colgado a tomar el colectivo 324 e ir al hospital”.