A Mirta Rojas (44) le extrañó que el 1 de julio pasado el móvil de la Guardia Comunal de Florencio Varela no haya pasado por su domicilio. La mujer es testigo en una causa por homicidio y la Justicia le asignó una custodia que dividió entre la policía y los efectivos de la Guardia que deben cumplir con la orden. Todos los días deben pasar por el domicilio y firmar un libro asignado. Aquel día no lo hizo.
Mirta colaboró con la Policía para esclarecer dos homicidios y, de esa manera, posibilitó la detención de dos peligrosos delincuentes que vivían a metros de su casa en Florencio Varela, señala la argumentación judicial que le otorga la custodia.
Sin embargo, aquel día el móvil no pasó y ella finalmente llamó al supervisor de turno de la Guardia Comunal para entender lo que estaba pasando. Finalmente, le dijeron, que la decisión la había tomado el Director de Defensa Civil, identificado como Franco Risso.
Siempre según la denuncia, Mirta se comunicó con el funcionario en forma telefónica para manifestarle la preocupante situación. Después de una acalorada charla, dice la declaración realizada en la comisaría segunda, Risso le habría ofrecido dinero para evitar que se haga la denuncia por el quite de la custodia.
Y otra vez Mirta Rojas eligió no callarse y denunció todo lo que sabía. Como en el 2013, cuando observó que un vecino suyo, que había salido de la cárcel seis meses antes, circulaba con una moto a toda velocidad. Pero lo que le llamó la atención fue que estaba ensangrentado.
Al día siguiente, se enteró que a unas pocas cuadras habían asesinado a un joven para robarle una moto de similares características a las que conducía su vecino, por lo que comenzó a sospechar que él había cometido el crimen y fue hasta la comisaría más cercana a contar su hipótesis, que, tras unos días de investigación, resultó certera y el homicida fue apresado, según señalaron los voceros.
Dos años más tarde vivió una situación similar, en la que fue testigo indirectamente de un doble asesinato. Tenía una relación de amistad con una vecina de la misma cuadra y había ido a tomar mate a su casa. Ese día, también estaba en la vivienda el cuñado de su amiga, quien sin reparos contó que, junto a tres cómplices, habían matado a dos narcos en una guerra territorial por venta de drogas.
El escuchar tremenda confesión se vio envuelta en un dilema, pero escogió lo opción correcta para estar tranquila con su conciencia y fue nuevamente a la comisaría para develar lo que sabía. Así, se inició una investigación y capturaron a los 4 “narcoasesinos”, que habían matado a sus contrincantes y prendieron fuego una casa con uno de los cuerpos.
Ahora, denuncia que la Guardia Comunal la dejó sola y responsabliza a Risso, a cargo del manejo de la institución. Harbá que ver cómo continúa la situación.
¿De los dos lados del mostrador?
A.C. es el jefe de taller de la Guardia Comunal. Hasta ahí, quizás, todo bien. Sin embargo, fuentes de la institución señalan que además, el nombrado, es dueño de una casa de repuestos de autos. Los voceros sostienen que sospechan de faltantes de partes en varios de los vehículos que están en el predio secuestrados. A dónde van…