“Pude haber clavado una estaca en el pecho de las bestias, pero mi testimonio sirvió y hoy Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Horacio Ungaro, Francisco López Muntaner, Daniel Racero y Claudio de Acha, representan La noche de los lápices como una historia de amor” dijo a Télam, el sobreviviente de La Noche de los Lápices, Pablo Díaz.
Díaz, quien fue secuestrado el 20 de septiembre de 1976 durante un operativo ordenado por la dictadura fue conducido, encerrado y torturado junto a los estudiantes asesinados en el “El Pozo de Banfield”, aseguró hoy que con su relato del horror “solo tuve la responsabilidad de traerlos a la vida” durante la inauguración de un mural realizado en La Plata.
Hoy se cumplen 40 años de la Noche de los Lápices, de aquel inicio de episodios sangrientos que tuvieron como protagonistas a estudiantes platenses que participaron, en 1975, de las movilizaciones a la sede de lo que era por entonces el ministerio de Obras Publicas bonaerense, para reclamar un precio subsidiado para el boleto de micro secundario.
En este marco, el Colegio Nacional de La Plata inauguro en el Edificio Madres de Plaza de Mayo una reconstrucción del mural esgrafiado en los Jardines de ese organismo, como sinónimo de lucha y proceso de concientización.
La obra que “sintetiza el hecho dramático e histórico que tuvieron como blanco a estudiantes secundarios de la ciudad y olvidar es declararse derrotado” dijo la profesora y vicedecana de la Facultad de Bellas Artes, María Cristina Terzaghi, quien junto a Verónica Sánchez Viamonte, docente en la Facultad de Arquitectura de la UNLP, coordinaron el trabajo colectivo.
Por su parte, Verónica Sánchez Viamonte – hija de desaparecidos-, destaco la importancia trabajar con sus alumnos y la cátedra de muralismo de la UNLP, el mural que “es muy significativo para los chicos del secundario, ya que el objetivo fue abrir a todo el colegio para realizar una construcción colectiva”.
Al respecto, Laureano Lunelli un joven de 17 años y alumno de 6to año que participo en la construcción:, dijo que participar de esta experiencia le permitió “involucrarse más” y destaco que pudimos “hacer algo por quienes hicieron tanto por nosotros”
La noche del 16 de septiembre de 1976 se inició un operativo conjunto de efectivos policiales y del Batallón 601 de Ejército para capturar a 9 jóvenes que tenían entre 16 y 18 años, y en su mayoría eran integrantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), quienes reclamaban por el boleto estudiantil secundario gratis.