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Murió Antonio Puigjane, cura de opción por los pobres, amigo de Angelelli y condenado por La Tablada

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Corría el año 1981. El cura Antonio Puigjane ya estaba marcado. Su opción por los pobres en Mar del Plata y su amistad con el asesinado y hoy santo Monseñor Angelelli eran muestras de su trabajo pastoral. Pero había más: su denodado acompañamiento a las Madres de Plaza de Mayo.

Aquel 1981 fue especial para Puigjane y para toda la diócesis de Quilmes. Se había planeado un ayuno para impulsar el reclamo por los militantes desaparecidos. Y estaba claro que el sacerdote franciscano no iba a faltar a la cita.
Finalmente el día planeado no prosperó la iniciativa. Según contó el propio cura, se iba a hacer en el Servicio de Paz y Justicia de Adolfo Pérez Esquivel. Cuando llegó el momento Esquivel no estaba y los que quedaron a cargo no se animaron porque dijeron que, en esa época, no podían brindar seguridad.

Pero las Madres no se quedaron con los brazos cruzados. Tramaron una iniciativa de alto impacto en la sociedad. «Antonio ya tenemos el lugar para hacer el ayuno pero no te vamos a decir cual es. Lo vas a saber por los diarios”, le dijeron. Fue así, por los diarios, que Puigjane se enteró que en la Catedral de Quilmes las Madres comenzaron su ayuno.

En Quilmes el obispo era Monseñor Jorge Novak. Un obispo que hacía misas de oración por los desaparecidos y protegía a las Madres.

Al día siguiente Puigjane fue a ver a Jorge Novak y le dijo que quería acompañarlas. “Esas mujeres merecen que las acompañemos así que te doy mi bendición para que vayas, te felicito y agradezco. Cuando llegues decile al párroco que le habilite el baño porque sé que lo ha cerrado”, le respondió Novak.

El ayuno duró 20 días, lo cortaron porque la situación se puso tensa, faltaba poco para la Navidad y los familiares querían que las madres vuelvan a sus casas.

Antonio Puigjane murió este martes a los 91 años. Los últimos los pasó en el convento de Nuestra Señora del Rosario en el barrio porteño de Pompeya donde pocos saben que funciona un geriátrico para curas. El sacerdote, que había sido condenado a 20 años por la supuesta autoría intelectual del copamiento del regimiento de La Tablada, ya hablaba pocos y cuatro enfermeras se turnaban para atenderlo.

El cura siempre negó su participación en aquellos hechos. Algunas veces insinuó que fue Gorriarán Merlo el que propició el asalto.

En su paso por Quilmes, también tuvo tareas pastorales en el Río de Quilmes, la Villa Itatí y en el barrio Los Talas. Cuando ocurrió La Tablada estaba asignado con el Padre Luis Farinello.

A los 10 años, Puigjané ya quería ser sacerdote. Cuando se ordenó se internó en las villas de Mar del Plata, luego trabajó junto al obispo Angelelli en Anillaco, La Rioja, hasta el golpe militar y más tarde en la Villa Itatí de Quilmes. Posteriormente ingresó en el Movimiento Todos por la Patria. Y allí se produjo el quiebre con su posterior condena.

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