Mario Alberto Di Spalastro tenía 22 años cuando la dictadura cívico – militar le arrancó la vida. Fue secuestrado el 14 de febrero de 1977 mientras esperaba el colectivo, en la terminal de la línea 300, en Ránelagh (Berazategui). Estudiaba psicología, trabajaba en la Municipalidad de Florencio Varela y era preceptor de la Escuela N°6 de Ranelagh . Un chofer del “Blanquito” fue testigo de su secuestro, que se llevó a cabo con dos “Falcon” verdes. Era militante del P.S.T. Y hasta ahora en el legajo de trabajador figuraba que había abandonado sus tareas. Por fin, fue reparado, y con ello, su historia.
El intendente de Florencio Varela -Andrés Watson-, mediante el Decreto Nº583/23, estableció la apertura de la foja de servicios perteneciente al agente de 22 años e incorporar otro antecedente institucional para registrar su desempeño y la causal de cese como “Desaparición forzada de personas perpetradas por el terrorismo de Estado”.
El Alcalde repasó “distintos mecanismos para revisar los archivos, informatizarlos, con el objetivo de poner en relieve muchas situaciones antes ocultas, pero que formaron parte de nuestra historia”. “A pocas horas de una fatídica fecha cuando ejecutaron un plan absolutamente ideado para arrebatarle la vida a compañeros y compañeras que tenían ideales”, contextualizó.
Asimismo, recordó: “En aquel entonces, con Adolfo Hamilton como intendente de facto, indicaron que Mario solo tenía una falta. Figuraba que abandonó sus tareas. Eso fue al otro día que lo secuestraron”. “Ellos sabían que él no iba a volver, lo dieron de baja como si no hubiese querido venir más”, narró en el hall del edificio municipal antes de descubrir una placa conmemorativa.
La reparación documental significó un acto de desagravio. En la administración pública nacional, provincial y distrital eran usuales denominaciones de “baja”, “cesante”, “suspendido”, “suspensión preventiva del pago de haberes”, “limitar los servicios” y “despido” en los legajos cuando eran víctimas de graves violaciones a los derechos humanos.
El secretario general en el Sindicato de Trabajadores Municipales de Florencio Varela -Darío D´Aquino- valoró que “muchos jóvenes, en la actualidad, hayan tenido diversas formas de manifestar sus ideas, sus sentimientos y realizar sus reclamos”. “Mario intentó hacerlo sobre alguna cuestión que creía justa. La dictadura militar hacía desaparecer a quienes pensaban diferente”, relató.
Estuvo presente la secretaria de Hacienda, Gisela Primus; la responsable del área Legal y Técnica, Adriana Schulz; la subsecretaria de Gobierno, Sandra Jiménez; la subsecretaria de Prensa y Comunicación, Noelia Piñeiro; el director de Derechos Humanos, Guillermo Ñañez; el presidente en el Honorable Concejo Deliberante, Gustavo Rearte.
14º Vigilia por la Memoria, la Verdad y la Justicia
El intendente -Andrés Watson- encabezó el tradicional encuentro en la víspera del 24 de marzo, al cumplirse 47 años del último golpe cívico-militar.
Ante un nutrido público reunido en el patio de la Dirección de Derechos Humanos -Aristóbulo del Valle Nº315-, el Alcalde evocó “a aquellos hombres y mujeres a quienes les arrebataron sus sueños e ideales”. Instó a “reivindicar su lucha de manera permanente, cada uno desde su rol en la sociedad”.
“Qué diferente hubiera sido nuestra historia como país junto a ellos con vida, cuánto hubiesen aportado con sus ilusiones, proyectos y ambiciones”, expresó el Jefe Comunal. Para cerrar, exclamó “tener presente a los 30 mil desaparecidos y desaparecidas: hoy y siempre”.
Por su parte, el director de la dependencia anfitriona -Guillermo Ñañez- llamó a “reafirmar el ‘Nunca Más’ todos los días” y valoró “la labor de una gestión municipal comprometida con la memoria”.
Durante el emotivo acto, los y las presentes compartieron un video sobre la historia del docente Néstor Arrua de la Primaria Nº15 de Villa del Plata, secuestrado en 1978.
En otro relato desgarrador, el cuentista del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires -Roberto Moscoloni- recordó la figura del también maestro desaparecido Guillermo Di Bastiano.