El cartero eludió, como siempre, al perro de la esquina de la calle Lonardi en el barrio Belgrano de Florencio Varela. Prefirió caminar con la bicicleta tomada de una sola mano. La otra la puso en el bolso azul y al llegar al numeral 1520, depositó en el buzón la boleta de EDESUR.
Julieta Vanina Soledad Pais (36) llegó saludó al cartero y comenzó a abrir despacio el sobre. Como quien no tiene apuro. La descripción de ese segundo en que los números brotan a la luz de los ojos es inigualable: “casi me infarto”. Julieta miró varias veces y no pudo salir de su asombro. La boleta de EDESUR decía pagar una tarifa de más de 61 mil pesos. Para ser exactos 61360,35. Y que tiene tiempo hasta el 23 de noviembre.
La desorbitante factura de luz para una vivienda familiar, destapa la falencia de una empresa recientemente beneficiada con una condonación de deuda. Y pone al descubierto una ineficiente prestación del servicio público. Y se dio el mismo día en que casi una tercera parte del territorio varelense padecía, otra vez, un apagón.
«Cuando abrí la factura casi me agarra un infarto». Así define Julieta al momento de ver la factura de luz de Edesur que le llegó a su domicilio de Florencio Varela, provincia de Buenos Aires.
¿Le dio alguna respuesta Edesur? «‘Aguardame un segundito’, me dicen y me cortan sin ninguna solución», afirma con la factura en la mano, sin poder creerlo.
«Dicen que tengo una deuda del mes pasado de 30 mil pesos. Nunca llegó esa boleta», cuenta por teléfono en medio de una crisis de nervios a la Radio de la Universidad Nacional Arturo Jauretche.
Julieta vive con sus mascotas en la calle Lonardi de Florencio Varela. “Es una vivienda pequeña, venía pagando entre 120 y 200 pesos por mes”, señala en la comunicación radial. El promedio de consumo habitual fue históricamente de 300 kw. Sin embargo, en la actual factura llegaron 68.885 kw consumidos y un monto desorbitante.
“Cuando hice el reclamo telefónico, nadie sabía que responderme. Me pedían que los espere, cortaban y cuando volvía a llamar me volvían a hacer esperar”, cuenta Julieta a la Radio.
EL MEDIDOR QUE NO MEDIDOREA
El desorbitante monto para pagar es una más de las situaciones que convierten a EDESUR en una verdadera pesadilla, no solo para Julieta. Según las declaraciones de la joven, el medidor de su casa explotó hace unos cuatro meses y EDESUR le colocó un cable que va directo desde el palo.
«Cuando vino Edesur me colocó directo desde el palo. Empecé a hacer reclamos para que me pongan el medidor y jamás volvieron. El palo está en cortocircuito siempre, hay chispas todo el tiempo», dice.
