La preocupación del sector empresario de Quilmes y del Centro de Empleados de Comercio de Quilmes, Berazategui, Solano y Varela derivó en la firma de un convenio que busca beneficiar a empresarios, el gremio y los trabajadores.
La merma de compras, los altos impuestos, el incremento de locales que ya han bajado sus persianas derivó en que se realice un acuerdo entre la Asociación Paseo Comercial Quilmes con el Centro de Empleados de Comercio de Quilmes, Berazategui y Varela, que representa a los trabajadores mercantiles cuyo secretario general es Roberto Mata Rodríguez, con quien acordaron ofrecerle descuentos y beneficios a los afiliados que realicen sus compras en el los locales de Paseo Rivadavia.
Al ser consultado por el acuerdo, Roberto “Mata” Rodríguez comentó que “empezamos a ver cómo llevar adelante la crisis y nos trajeron una propuesta para compartir compras y servicios. Los empleados de comercio con la presentación del carnet tienen un descuento de 10% en pago en efectivo y 3 pagos sin interés. Hoy donde vemos que la gente se debate en si le alcanza para comprar o no, creo que es importante. Y les ofrecemos firmar un convenio donde puedan acceder a la farmacia, acceder al turismo, que puedan venir al Club Porvenir a ver los espectáculos y al gimnasio”.
A su turno, el presidente del Paseo Comercial, Alberto Gerchkovich, aclaró que “nos sentimos orgullosos de la rápida respuesta del sindicato, poder ayudarnos mutuamente es muy valioso. Estamos en un momento de agudizar el ingenio, porque el empresario paga y paga, y vende menos, y cada vez es peor. Además, la incidencia tributaria es altísima en todos los órdenes, municipal, provincial y nacional. Seguimos siendo el distrito que más público tiene, el más visitado, pero le está faltando que le demos más calidad, más limpieza, iluminación y más seguridad. Y que desaparezca la figura del mantero, una competencia ilegal y que afea la ciudad, queremos que Quilmes esté lindo nuevamente”.
En tanto, María Inés, propietaria del local comercial Narrow e integrante de la asociación contó que para los empresarios es “muy dura la merma del consumo” que no “solo pasar por el Paseo Rivadavia y ver la cantidad de cortinas bajas que hay”. Sobre los comercios que han cerrado contó que “Ningún empresario cierra su local porque tiene ganas, si cierra es porque no puede más, no puede con sus gastos fijos. Lo peor que le puede pasar a un empresario es que llegue el día de pago y no pueda pagarle a su gente, ¿con qué cara miras a un trabajador que trabajó 30 días y no le podes pagar¬?. La gente ante eso decide bajar la cortina. Y no queremos más cortinas bajas ni trabajadores en la calle. Ni nosotros mismos cerrar nuestros propios negocios, porque no sabemos cuándo le toca a uno. Hay que buscar nuevas fórmulas, dar beneficios, y además es mutuo”.