Muy bien diez: con 76 años terminó la secundaria con 10 de promedio y abanderado

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Luis Felipe Mello (76) es un vecino del barrio San Martin de Florencio Varela. Diariamente ve en su vecindario que los jóvenes, pasan largas horas en la calle, y en algunos sin planes para su fututo. Nació en una familia humilde, pudo con esfuerzo terminar la primaria, pero luego le tocó salir a trabajar. Nunca dejó de pensar en retomar sus estudios algún día. El tiempo pasaba y en uno de sus últimos años en la fábrica Rigolleau, sus años de experiencia no le alcanzaron y se golpeó con la cruda realidad, no poder realizar un curso sin tener el secundario. Tras jubilarse, mientras otros disfrutan con su familia, él dejó todo para hacer realidad su sueño, y lo logó. El pasado lunes recibió su diploma en el CEMS N° 453, donde también fue el abanderado con diez de promedio en todas las materias.

“Me da pena ver a los chicos en la calle sin un porvenir” cuenta Luis, quien piensa en el futuro de la argentina y sostiene que quiere que “todos chicos del país estudien, porque si estudian vamos a poder cambiar la sociedad, si no estudian no vamos a poder hacerlo”. “Si mi experiencia sirve para que los jóvenes, se vuelquen al estudio sería maravilloso” expresa.

Diariamente Mello, ve la realidad en la que viven los jóvenes del barrio San Martin, los cuales están en las esquinas tomando bebidas o sin un objetivo de vida, y se lamenta “No se valora la educación, y creo que eso empieza desde la casa. Hoy se ha perdido la familia que alienta a los hijos a estudiar para tener un futuro mejor” y sentencia “Me duele ver a los chicos que no eligen la escuela, por eso acepté contar mi historia. Espero que alguien pueda seguir mis pasos. Sería grandioso para mí que lo mío sirva como ejemplo de vida”.

Sin estudio no se puede seguir
Luis, con muchísimos años de experiencia en la fábrica del vidrio, adquirió muchísima experiencia. Tuvo personal a cargo, dictó capacitaciones al personal y hasta visitó a clientes de la firma, pero en una capacitación enviado por la empresa se topó con la cruda realidad, sin el secundario no podía seguir capacitándose. “Ese curso fue un golpe para mí, me golpeó fuerte, me hizo sentir muy mal, y me quedó grabado para siempre” y relata “ahí me puse a pensar lo valioso que es tener estudio. Ojalá que alguien tome mis palabras valore el estudio”.

Volver al aula
En vez de jubilarse y disfrutar de su familia, Luis decidió a los 73 anotarse en el programa Fines II que se dicta por la noche a metros de su casa en el CENS 453. Esa noticia fue una bomba para su familia, pero luego todos lo acompañaron en el proceso.
“Me jubilé, pero trabajé hasta los 72 años, y luego un día le dije a mi señora que me iba a anotar en el secundario. Mucho no le gustó, pero después era la que me decía dale ponete a repasar” comenta y aclara que, en los últimos 3 años, se le hizo difícil al principio retomar el estudio, pero logró recibirse porque “me apliqué para estudiar y hasta los domingos me sentaba a estudiar”. El resultado fue ser el alumno 10 de la promoción “tuve 10 en todas las materias y llevé la bandera el día de entrega de medallas” remarca.

Muy buen alumno

“Me decían que estaba loco estudiando, pero les decía que me gustaba” comentó Luis sobre lo que le decían sus conocidos de su regreso a la escuela.

“Fui el abuelo de toda el aula. Me hicieron sentir muy bien era uno más, no había diferencia de edad” dijo Luis quien se destacó en el Cens 453 por “pasar al frente y dar la lección”, y hoy como en los últimos tres años, “animar a mis compañeros a seguir estudiando, a poner el esfuerzo porque se llega al objetivo” e incluso el timbre de su casa sueña diariamente con la consulta de sus ex compañeros, que le piden ayuda para prepararse y rendir las materias que les faltan.

Mirta, casada con Luis hace 48 años, quien no se imaginaba estar a ésta edad preparándole el mate mientras su esposo estudiaba dijo que “sabía que él quería estudiar y lo apoyé” pero aclaró que “no quería que estuviera todo el tiempo estudiando, pero me sentí muy feliz al ver que recibió su diploma y que todos sus compañeros lo aplaudieron y alentaron”.

Ahora que concluyó esta etapa, Luis expresó que no tiene por el momento anotarse en la universidad. “Mi meta era el secundario, era algo que quería hacer. Siempre me sentía mal por no haber podido seguir estudiando”.
Sobrinos y nietos: un orgullo para la familia

El lunes 12, muy emocionada Paola Monteros contaba en las redes sociales su alegría. “El tío Luis Mello se recibió del secundario!! ¡Encima el abanderado! Es un gran ejemplo siempre y nos llena de orgullo. Los amamos muchísimo”.
Su mensaje derivó en que este medio explayara en sus páginas su historia. “Es nuestro referente, el cacique de la familia. El tío más grande y ejemplo de vida” comentó Paola y aclaró “Es mi papá postizo desde que falleció el mío hace 8 años”.


Los nietos de Luis, al ser consultados cómo se sienten con el logro del abuelo dijeron: “Con el abuelo somos egresados 2016, él es un orgullo” dijo entre lágrimas de emoción Milena, quien contó que ayudaba a su abuelo en la búsqueda de material para estudiar. Gisel comentó que ahora va a poder pedirle ayuda a su abuelo en las materias, y Valentín, expresó palabras muy emotivas “yo le entregué el diploma y le dije que estaba orgulloso de él”.

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