Hicieron “banda” en la cárcel

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“Mato y voy”, dijeron. Los otros presos se miraron y amenazaron con una sonrisa. Mientras jugaban al truco en una unidad carcelaria de la provincia de Buenos Aires, dicen los investigadores, comenzaron a tejer la trama de una de las bandas más famosas y violentas de los últimos tiempos: “la maza o el FAL”. Así, al menos se conocieron mediáticamente.

Eran seis y entre ellos podría sobresalir un abogado. Uno que supuestamente conocía los movimientos de un empresario de Florencio Varela, Aldo Venturini, dedicado a la distribución de cigarrillos y que realizaba a diario un depósito millonario en el banco Santander Río del Cruce. Un conocido vecino varelense que 26 años atrás había escuchado las últimas palabras de su madre, que caía muerta después de un balazo, durante un asalto. “Ay, aldito”, escuchó aquella vez. El 30 de enero pasado, las balas le impactaron a él.

Aquel crimen atroz, que impactó en el verano a los varelenses y al país, fue el puntapié para dar con una peligrosa banda, conocida popularmente como “de la maza” o el “FAL”, sospechada de al menos 50 hechos ilícitos. Aunque los investigadores que la desbarataron lograron vincular a sus integrantes con al menos diez hechos ocurridos en distintos puntos del conurbano y la Capital Federal en base al análisis de las comunicaciones, escuchas directas, seguimientos de cámaras de seguridad, cotejos balísticos y la declaración de testigos de identidad reservada.

Según las fuentes de la investigación, el punto de partida para vincular los distintos hechos fue el crimen del empresario Aldo Venturini el 30 de enero último en Florencio Varela, a quien le robaron seis millones de pesos.

En ese hecho, los pesquisas lograron establecer que la camioneta Ford Ranger blanca que utilizaron los delincuentes para llegar al lugar había sido robada dos semanas antes a un hombre al que secuestraron en Morón, a quien mantuvieron cautivo hasta que lo liberaron tras el pago de un rescate.

Siempre de acuerdo a la investigación policial, los delincuentes que cometieron ese secuestro en Morón el 13 de enero pasado se movilizaban en una camioneta Audi Q5, la cual había sido robada a otro hombre a quien habían secuestrado unos días antes, por quien también cobraron una suma de dinero para liberarlo sano y salvo.

A su vez, los pesquisas establecieron que en ese secuestro extorsivo, los delincuentes utilizaron un Porsche Cayanne, el cual nunca fue hallado y tenía pedido de secuestro por haber sido robada mediante la utilización de armas largas el 30 de noviembre del año pasado en Escobar.

De hecho, ese Porsche Cayanne fue observado y quedó filmado en varios hechos de secuestros extorsivos ocurridos a fines del año pasado y principios de este año en el partido de San Isidro.

También, los detectives obtuvieron vínculos entre los distintos hechos de robo a bancos investigados, entre ellos un Banco Francés en Lomas de Zamora y el Banco Industrial de Tigre.

Si bien el radio de acción de la organización delictiva fue amplio, los diferentes fiscales de los distritos de Tigre, Morón, Florencio Varela y la Capital Federal mantuvieron reuniones en las últimas semanas para unificar criterios e intercambiar información sobre la banda.

Finalmente cuatro de sus integrantes fueron detenidos tras una serie de allanamientos realizados en domicilios del partido de Pilar, Malvinas Argentinas, Moreno, Merlo, Almirante Brown, Ezeiza, Tres de Febrero y Florencio Varela.

Entre ellos Maximiliano “Pachu” Peñaflor, un histórico líder de una banda de secuestradores quien recuperó la libertad en abril del año pasado luego de cumplir varios años de condena, ya que durante la primera década del 2000 fue investigado y mencionado por varios secuestros extorsivos resonantes como el Antonio Echarri, padre del actor Pablo Echarri, ocurrido en 2002 en Avellaneda; el de Cristian Ramaro, en Tigre en 2004; y el del adolescente Nicolás Garnil, en San Isidro en 2005.

Los otros tres presuntos integrantes de la “Banda del FAL” detenidos junto a Peñaflor son Juan Carlos Mendoza (35); Laureano Juan Nievas Torres (38), alias «Nani»; y Gustavo Olivera (42), alias “Cabezón”.

Uno de los investigadores reveló que se sospecha que Olivera es el integrante de la banda que el día del crimen de Venturini resultó herido de bala por los policías que lo custodiaban y ahora se espera el resultado del cotejo de ADN que se hará entre su perfil genético y el de la sangre hallada en la camioneta usada en el hecho por los delincuentes.

La organización recaudó botines millonarios, ya que además del crimen de Venturini, en el que se llevaron seis millones de pesos, cometieron entre octubre del año pasado y marzo de este año al menos siete secuestros extorsivos y cuatro robos a bancos en los que se llevaron más de dos millones con la modalidad de entrar rompiendo el blindex a mazazos y llevarse el dinero para la recarga de cajeros.

La investigación estuvo encabezada por la fiscal Mariana Dongiovanni, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Florencia Varela, y los detectives de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes, quienes tienen a cargo la causa principal del homicidio de Venturini.

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