La ruta del “narcosur” con parada en Quilmes, Varela y Berazategui: policías de la zona y un fiscal de San Isidro acusados de “mejicanear” 500 kilos de droga

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No hay ninguna duda de que la historia que vamos a contar parece extraída de una serie de Netflix. Tiene condimentos de un guion cinematográfico y sin embargo forma parte de una triste realidad que Infosur viene denunciando persistentemente desde el 2008, con el afán de que por lo menos se investigue y que llamó la “ruta del narcosur”.

Los actores de reparto se van repitiendo a medida que se profundiza en los expedientes judiciales. Triple Crimen, fuga, algunos secuestros y drogas. Como en este caso.

Lo que ahora la Justicia investiga es una intrincada trama de supuestas conexiones entre lo más pesado del mundo del narcotráfico, la policía y la Justicia, que tiene como imputado a un fiscal de San Isidro y detenido a toda la cúpula de la policía de la Dirección de Tráfico de Drogas Ilícitas de Quilmes que cumplía funciones en el año 2013. Una dirección que tiene jurisdicción también sobre los partidos de Florencio Varela y Berazategui.

DESDE EL PRINCIPIO
Para comenzar a contar esta historia vamos a remontarnos al fin del año 2013 y son datos que figuran en el expediente judicial sobre esta causa explosiva que apunta a la supuesta complicidad de la policía quilmeña. En esos días calientes del verano porteño, en una oficina de la calle Florida, que algunos se animan a describir como las clásicas cuevas financieras, Diego Xavier Guastini recibió una visita de último momento. Eran las 5 de la tarde y un grupo de narcos colombianos necesitaban cambiar un millón de euros para comprar un cargamento de cocaína que pensaban exportar a Europa. Los vendedores sólo aceptaban dólares.

“Dolarìn” como lo apodaban a Guastini, hizo magia y logró que sus clientes se fueran contentos con los bolsos de billetes verdes para la operatoria. Pero no le alcanzó, a los pocos minutos el financista le estaba pasando los datos de la compraventa de droga a policías de narcotráfico de Quilmes que justo lo habían ido a ver para concretar algún «trabajo» juntos.

EN VOZ PROPIA
Todo este episodio fue contado en calidad de “arrepentido” por el propio Guastini el 28 de septiembre de 2018, al declarar en la causa por lavado de dinero que terminó con un embargo récord contra una de las organizaciones más grandes que operó en el país y uno de sus clientes más grandes en su cueva, el clan Loza. Según él, la cocaína que los colombianos pagaron con el millón de euros era de ellos.

LEONES BLANCOS
El dato que le pasó Guastini a los policías de narcotráfico de Quilmes los llevó días después, el 28 de diciembre de 2013, a una casaquinta de Moreno y al secuestro de media tonelada de cocaína en el operativo «Leones Blancos».

«Siempre había gente de algún otro organismo que se acercaba porque sabían que alrededor mío había información y había negocios y tenía relación con gente de Drogas Ilícitas de la provincia de Buenos Aires, de Quilmes, que me venían pidiendo algún tipo de información porque querían trabajar», contó Guastini como arrepentido.

«Justo coincidió que cuando vienen a hacer el cambio de dinero, gente de Drogas Ilícitas de Quilmes me estaba esperando para reunirse conmigo y bueno, les comento y ahí mismo terminan de hacer el cambio y los salen a seguir (…) los lleva hasta una quinta en Moreno, ingresa ahí y bueno… después ahí lo empiezan a trabajar , se le instalan, no sé cómo es todo el tema, la cuestión es que a los pocos días intervienen la quinta y decomisan mercadería, la quinta es la de Leones Blancos, la famosa quinta de Moreno», concluyó Guastini.

Recién tres años después de ese «exitoso operativo», en el juicio oral del caso quedó al descubierto cómo los policías habían armado el operativo simulando una llamada anónima que nunca había existido e incluso eligieron el fiscal con el que querían trabajar sin ser molestados.

Fue todo tan evidente que en agosto de 2016, por unanimidad, los jueces Marcelo Díaz Cabral, María Claudia Morgese Martín y Alfredo Ruiz Paz -del Tribunal Oral Federal N° 5 de San Martín- declararon todo nulo, absolvieron a los cuatro detenidos y ordenaron investigar a los policías y al fiscal de la causa.

Guastini sacó ese caso del olvido cuando declaró como arrepentido contra el clan Loza, dueños originales de la cocaína decomisada en «Leones Blancos». Mencionó a mucha gente y, entre ellos, al oficial de la Bonaerense Adrián Baeta, uno de los policías de Quilmes a los que les entregó el cargamento en 2013 para que se luciera.

Con el tiempo, Baeta se convirtió en jefe de la custodia personal de Guastini integrada por ex miembros del grupo especial Albatros de Prefectura. También fue la primera persona en llegar a la escena del crimen luego de que un sicario en moto le cortara el paso a Guastini mientras iba en su auto y lo matara a balazos a quemarropa.

El crimen de Guastini y el fantasma de los sicarios

. El crimen de Diego Xavier Guastini, a metros de la Municipalidad de Quilmes. Foto Perspectiva Sur

El crimen de Diego Xavier Guastini ocurrió la mañana del lunes 29 de octubre de 2019 a metros de la Municipalidad de Quilmes, poco después de que la víctima saliera de su casa llevando una mochila que nunca más nadie vio.

A decir verdad, cuando lo mataron, los efectivos policiales encontraron en poder de la víctima no uno sino tres teléfonos celulares.

Sin embargo, y aunque el contenido de chats y llamadas de los aparatos podrían ser claves para desentrañar la madeja, los policías de Quilmes que llegaron al lugar luego del ataque los inutilizaron. Si fue por torpeza o por otra cosa seguramente será materia de análisis e investigación. Pero ya sea por acción u omisión, el resultado termina siendo el mismo.

“Uno era un iPhone 11 que cuenta con desbloqueo facial y los otros tenían desbloqueo con huella digital. Los policías podrían haberlos resguardado para luego abrirlos usando el cuerpo de la víctima: sus manos, su cara. Pero no. “Los apagaron”, contó una fuente del caso. Según explicaron, fue para que no se les agotara la carga de las baterías.

Al apagar un iPhone el teléfono sólo puede volver a abrirse usando la clave de seis dígitos colocada por el dueño. La experiencia indica que, sin la clave precisa, este tipo de aparatos son prácticamente inviolables.

El financista fue ejecutado a tiros por un sicario que, tras el homicidio, se subió a una moto en la que lo esperaba un cómplice.

Un fiscal entre las cuerdas

El fiscal de San Isidro Claudio Scapolán, imputado y con un pedido de desafuero para ser detenido en el marco de una causa que lo investiga como supuesto jefe de una asociación ilícita junto a policías bonaerenses por el presunto armado de causas vinculadas al narcotráfico, presentó un escrito solicitando copias del expediente, por lo que se pospuso su declaración indagatoria.

Los hechos que le imputan a Scapolán están vinculados al presunto armado de causas entre 2013 y 2015 cuando estaba al frente de la ex Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Investigaciones Complejas de ese departamento judicial, disuelta en 2016.

Otro de las supuestas causas irregulares de la fiscalía es la que se conoció el 29 de diciembre de 2013 como la operación «Leones Blancos», en la que se secuestraron casi 500 kilos de cocaína en una camioneta interceptada en Boulogne y tras un allanamiento en una quinta del partido de Moreno.

En el juicio oral, el Tribunal Oral Federal (TOF) 5 de San Martín declaró nula la causa y absolvió a los cuatro imputados, luego de establecer que la llamada anónima a la Delegación Quilmes de Drogas Ilícitas de la policía bonaerense -que supuestamente había dado origen al procedimiento-, nunca existió y en cambio sí se detectaron antes de ese supuesto llamado cruces telefónicos sospechosos entre el fiscal y el jefe de operaciones de esa dependencia.

Además, declararon policías arrepentidos que afirmaron que en ese operativo hicieron figurar 500 kilos de cocaína, pero en realidad era el doble y se robaron media tonelada de esa droga.

El viernes pasado fueron allanadas una fiscalía en los tribunales de San Isidro, la sede de Drogas Ilícitas de la policía bonaerense en Martínez y la comisaría de Benavídez, porque allí había estado detenido uno de los denunciantes.

Dos secretarios que en esa época trabajaban en esa UFI junto a Scapolán, Maximiliano Jarisch y Gustavo Sanvitale, fueron detenido por la PFA.

En total fueron detenidos nueve policías: los comisarios Marcelo Di Rosa y Roberto Adrián Okurzaty; los subcomisarios Oscar Antonio Caviglia y Juan José Magraner; los oficiales principales Juan Alberto Elizalde y Juana Elizabeth Medina; el subteniente primero José María Delgado; el sargento Santiago Ignacio Cabre; y el ayudante Alexis Jesús Tabares.

EPIGRAFE. El Operativo «Leones Blancos» se hizo en 2013 en una casaquinta de Moreno.
Epígrafe. El crimen de Diego Xavier Guastini, a metros de la Municipalidad de Quilmes. Foto Perspectiva Sur

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