El coronavirus marchitó las flores y dejó al borde del cierre a los viveros

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El sector dedicado a la floricultura y viveristas -un segmento que nuclea a alrededor de 3.000 familias a nivel país- enfrenta una profunda crisis a raíz de las medidas de aislamiento social preventivo, con pérdidas que rondan alrededor al 70% de la producción, y reclama asistencia económica y la provisión de insumos para recuperar las unidades productivas.

Desde la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), la Federación de Trabajadores de la Economía Social y el Frente Agropecuario Regional Campesino, denunciaron que esas familias se encuentran en «situación de emergencia» debido a la paralización total de la comercialización de flores y plantas ornamentales a causa del cierre de los mercados.

El responsable de prensa de la UTT, Agustín Suárez, expresó que «el sector que produce flores, flores de corte, plantas de maceta y el viverista en general, presenta un grave problema económico porque todas estas producciones, por más que sean producciones familiares y chicas, tienen una gran inversión y, en este contexto de cuarentena, no están vendiendo absolutamente nada, están en cero. La están pasando muy mal».

«Son alrededor de 3.000 familias que perdieron un 70% de su producción», señaló, para luego destacar que gran parte del sector florícola es monotributista, y «como necesita facturar insumos que compra o que vende, generalmente no están en las categorías más bajas, por lo tanto, quedan afuera de todo beneficio, y la verdad es que es un sector muy crítico».

Por su parte, el referente del Frente Agropecuario Regional Campesino, Néstor Villacorta, manifestó que «las pérdidas para la producción de rosas son altísimas, porque estamos en plena temporada, ya que todas las rosas que se habían sacado para el día de los enamorados, están volviendo a sacar brotes ahora, y aunque se tengan que tirar las flores, igual hay que seguir haciendo mantenimiento a la planta, porque si no se echa a perder».

Remarcó que «el gasto fijo lo seguimos teniendo, el problema es que no tenemos ningún tipo de ingreso. Estamos calculando por familia una pérdida económica de $50.000 a $60.000».

En este marco, desde las distintas organizaciones concluyeron en la necesidad de que el Estado también asista a este sector para recuperar y sostener las unidades productivas.

Suárez afirmó que «estamos proponiéndole al Gobierno la posibilidad de que se flexibilice el acceso al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), para que este sector pueda ingresar en este beneficio ya que sería un alivio para todas estas familias».

«Necesitamos una ayuda económica de manera urgente para resolver con insumos aptos para la producción que nos permitan recuperar las unidades productivas, esto es semillas, insumos, fertilizantes, elementos necesarios para volver a trabajar», explicó Villacorta.

En relación a la dimensión de la emergencia que se presenta por la situación del aislamiento social obligatorio en todo el país, las distintas organizaciones destacaron que las limitaciones en la circulación, la dificultad en el acceso a la compra de semillas por el aumento abusivo de precios y los gastos fijos, como alquileres y servicios públicos, se suman al escenario crítico de la economía de este sector de la producción.

En cuanto a los problemas en la circulación, el referente de la UTT afirmó que «entendemos que tiene que haber control, regulación, pero hemos sufrido en varios lugares la xenofobia y el abuso policial, que en casos puntuales como en La Plata, que es el cinturón hortícola más importante de la Argentina, tenemos situaciones de este tipo todos los días por la gran densidad de productores y productoras que hay en esa localidad».

«Tenemos problemas con la restricción del tránsito, con compañeros que no han podido salir de sus quintas a vender verduras porque los paran, tampoco hubo una bajada de línea específica o una planilla única para que los productores puedan transitar y trabajar tranquilamente», apuntó Villacorta.

«Con respecto a los alquileres tenemos un problema, porque el gobierno estableció que se suspende el pago del alquiler por tres meses pero si no hay producción, cómo se paga después», afirmó.

«La situación se agrava, porque ahora nos queremos reabastecer de semillas o de plantines y está totalmente caro, tres veces más caro y en muchos casos no se consiguen las semillas y eso tiene precio dólar. Entonces necesitamos poner la tierra a producir y necesitamos insumos y ayuda del estado urgente para que esto pueda seguir funcionando», explicó.

Por último, Villacorta expresó que «hoy tenemos la preocupación de si vamos a poder seguir trabajando la tierra o no, este es el problema de los compañeros floricultores. Porque ya tenemos compañeros que sacaron las flores y empezaron a sembrar verduras porque no ven un horizonte que diga que esto se va a terminar rápido».

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